El esclavo fugitivo que haya estado huyendo durante un mes, contado desde el día en que su amo lo denunció a las autoridades, tendrá las orejas cortadas y será marcado con una fleur-de-lis en un hombro; si repite la ofensa y permanece fugitivo durante otro mes a partir del día de la denuncia, se le cortará el tendón de la corva y será marcado con una fleur-de-lis en el otro hombro; y, la tercera vez, será castigado con la muerte.

Extracto del “Code Noir”, redactado por el ministro Jean-Baptiste Colbert (1616–1683) y promulgado en marzo de 1685 por Luis XIV.

Durante mi infancia en Benín, quedé profundamente marcado por los primeros volúmenes del cómic Les Passagers du vent de François Bourgeon. Parte de la historia transcurre en Ouidah, el pueblo de donde proviene la familia de mi padre. Fascinado por el realismo de las imágenes, reconocía los lugares, y los rostros dibujados me resultaban familiares. Fue en estas páginas donde descubrí por primera vez los extraños collares que algunos esclavos llevaban para evitar que escaparan. Más tarde, descubrí la genealogía de mi familia y entendí por qué llevamos un apellido portugués, como muchos otros benineses. Mi ancestro, que llevaba el nombre de Ayedabo Adagoun Odo y era originario de Nigeria, fue esclavizado por los portugueses y enviado a Brasil. Años más tarde, liberado, regresó a Benín con el nombre de Pedro Monteiro.

Sensibilizado con la cuestión del comercio transatlántico de esclavos y el papel de este pequeño pueblo en la costa beninesa, decidí explorar el tema a través de la fotografía. Tras investigar los dispositivos de contención usados para castigar o desalentar cualquier intento de fuga, reconstruí cinco modelos. A partir de estos planos, dos jóvenes herreros benineses fabricaron las ataduras presentadas en mi serie Marrons.

En esta serie, mi intención es devolver un rostro humano a los esclavos. La fotografía revela una realidad diferente a la de las litografías y las raras imágenes de la época. Elegí el claroscuro como técnica fotográfica para que estas figuras fantasmales emergieran del pasado y confrontaran al espectador, con el siguiente mensaje:
«Esto es de lo que un ser humano es capaz con otro ser humano, únicamente en nombre del lucro.»

El tema se aborda de manera antropológica, haciendo referencia a las litografías y a las raras fotografías originales de esclavos, al tiempo que se adopta un enfoque contemporáneo de iluminación. Se diseñó una caja negra, una especie de estudio móvil, para ir directamente al encuentro de los modelos en las calles de Ouidah.

MARRONS
2013