On ne peut pas cueillir toute la richesse du Monde - 2022

NO PODEMOS RECOGER TODA LA RIQUEZA DEL MUNDO

Dakar biennale 2022

Es oficial: la Tierra está experimentando su sexta extinción masiva.
La vida desaparece gradualmente y el planeta se está calentando. Los científicos del IPCC confirman que esto ya no es un futuro hipotético, sino la realidad que vivimos actualmente.

Esta crisis no es un accidente; es el resultado de tres siglos de decisiones políticas y económicas basadas en la explotación y la dominación.
Desde la Revolución Industrial, la modernidad occidental se ha construido sobre una lógica de extracción y conquista. Desde las plantaciones coloniales del pasado hasta las minas de coltán de hoy, desde la trata transatlántica de esclavos hasta los créditos de carbono, el mismo patrón se repite: tomar sin límites, asumiendo que el planeta es inagotable.

Bajo el disfraz del progreso, esta visión del mundo ha reducido a todos los seres vivos —humanos y no humanos— a simples capitales. Incluso hoy, mientras los recursos se agotan, las sociedades se recluyen sobre sí mismas: se levantan muros, se cierran fronteras, como si pudiéramos protegernos de las consecuencias de nuestros propios actos. Es en este contexto que se creó la obra “No podemos recoger toda la riqueza del mundo”, evocando una frase pronunciada por Michel Rocard, político francés, en 1989:

“No podemos acoger toda la miseria del mundo.”

Esta frase, que se ha convertido en un símbolo de la Europa cercada, inspiró una inversión intencional: si no podemos acoger toda la miseria, no podemos tomar toda la riqueza sin responsabilidad. Frente al océano, erigí un monolito de cuatro metros de alto por seis metros de ancho, con esta inscripción. Su cara orientada al mar funcionaba como una barrera contra el horizonte. En su base, las olas depositaban escombros, redes, plásticos y chalecos salvavidas arrastrados por las corrientes, vestigios tangibles de tragedias humanas en el Mediterráneo. Dos semanas después de su instalación, el muro fue derribado por los habitantes locales. Posteriormente, la sal del mar y el tiempo redujeron los materiales a óxido y polvo. Esta destrucción se considera una parte integral de la obra. Por encima de todo, sirve como recordatorio de que el sistema que hemos elegido —basado en la explotación ilimitada, la acumulación y el repliegue— está destinado a desaparecer, de una forma u otra, con o sin nosotros. El muro ya no existe físicamente, pero la reflexión y la conciencia que provoca permanecen.

The Deploration - 2018

IDY AFRICANUS

Villa Romana, Firenze 2018

La historia de la humanidad es, sobre todo, una historia de paso y de intercambio cultural. En el siglo VIII, los moros cruzaron el estrecho de Gibraltar y, en 711, ocuparon toda la península ibérica. Esto dio lugar a ocho siglos de coexistencia y de intercambios entre Oriente y Occidente. Los cristianos y judíos, considerados “Pueblo del Libro”, recibieron el estatus de dhimmis, es decir, personas protegidas cuyo culto religioso era respetado. Juntos transcribieron textos de la Antigüedad, ya traducidos al árabe, permitiendo a Europa redescubrir tratados de filosofía, medicina y matemáticas. La importación de técnicas de fabricación de papel por parte de los musulmanes hizo posible y duradera esta empresa.

Sin embargo, a pesar de este largo y fructífero período de intercambios, hoy somos incapaces de preservar la memoria de miles de vidas perdidas en el mar. Desde 2014, más de 32.700 refugiados han muerto o desaparecido en el Mediterráneo (OIM). La falta de nombres y rostros para estos miles de seres humanos contribuye a su deshumanización, reduciendo vidas reales a estadísticas anónimas flotando entre dos aguas.

Durante mi residencia artística en la Villa Romana de Florencia en 2018, la historia de Hassan al-Wazzan, conocido como León el Africano, no dejaba de volver a mi mente. Nacido en Granada alrededor de 1494 y refugiado en Marruecos tras la Reconquista, fue secuestrado en 1518 por piratas sicilianos y presentado al Papa León X. Rebautizado como Jean Léon de Médicis, aprendió italiano y latín, enseñó árabe en Bolonia y escribió la famosa “Cosmographia de Affrica”, la primera geografía occidental de África, que sirvió de referencia durante siglos.

El 5 de marzo de 2018, en Florencia, Roberto Pirrone, de 65 años y profundamente endeudado, salió de su casa con la intención de suicidarse. Finalmente, apuntó su arma contra Idy Diène, un vendedor ambulante senegalés, matándolo de seis disparos. Al día siguiente, una gran manifestación de más de 12.000 personas en honor a Idy fue la ocasión para que realizara un happening. La imagen de este evento apareció en la primera página del periódico local, y la incorporé como parte integral de un tríptico.

La yuxtaposición de la historia de León el Africano con los miles de refugiados anónimos perdidos en el Mediterráneo revela la regresión del diálogo intercultural. Los muros continúan elevándose cada vez más entre los pueblos, en nombre de un sistema que se devora a sí mismo al negar al otro.

Esta obra fue posible gracias a la contribución de Aliou Diack, pintor senegalés que compartió la residencia conmigo.

1 - The Coming
2 - Meet Jeanus Leon X
3 - Enlightenment

EL TRÁGICO DE ÁFRICA

El 26 de julio de 2007, Nicolas Sarkozy, entonces presidente de Francia, se dirigió a los estudiantes senegaleses de la Universidad Cheikh Anta Diop en Dakar, declarando:

“La tragedia de África es que el hombre africano no ha entrado completamente en la Historia.”

Este discurso, pronunciado en una universidad que lleva el nombre de un hombre que dedicó su vida a demostrar lo contrario, resulta sorprendentemente paradójico.
Cheikh Anta Diop, historiador y antropólogo, demostró que África ocupaba un lugar central en la historia de la humanidad. Las civilizaciones africanas, en particular el Antiguo Egipto, han influido profundamente en la ciencia, el arte y la cultura a lo largo del mundo.

La declaración de Sarkozy revela una colonialidad persistente del pensamiento, presentando la historia como si África nunca hubiera contribuido al desarrollo del mundo moderno. Al decir “Historia” en lugar de “nuestra historia”, excluye implícitamente al continente del relato colectivo. Este paradoja es el núcleo de mi obra. La instalación consiste en un cartel publicitario colocado frente a la Universidad Cheikh Anta Diop, que cita la frase de Sarkozy pero modificada para decir:

“La tragedia de África es que el hombre africano no ha entrado completamente en nuestra historia.”

El cartel, visible para todos, confronta el discurso oficial con el legado de Diop y transforma el espacio público en un lugar de reflexión crítica. Esta modificación textual, sutil pero radical, actúa como una subversión conceptual, destacando la exclusión histórica de África y recordando que esta “ausencia” no es africana, sino una construcción de narrativas eurocéntricas. La obra cuestiona cómo se narra, enseña y reproduce la historia en el imaginario colectivo. Subraya que la historia oficial nunca es neutral: refleja elecciones, omisiones y sesgos, borrando con frecuencia las contribuciones africanas a la civilización global. Al colocar esta frase modificada frente a la universidad, la instalación crea una tensión entre memoria, política y espacio público, invitando a los espectadores a reconsiderar la memoria colectiva y a desafiar los relatos dominantes. Afirma que África es heredera y actor de la historia humana, y que reconocer esta verdad es esencial para desconstruir las perspectivas eurocéntricas que persisten.

The Logbook - 2019

THE LOGBOOK

Moleskine collection – 2019

El libro de bitácora —tradicionalmente el registro en el que el capitán de un barco anota cada acontecimiento de un viaje— se convierte aquí en el testigo contable de una tragedia contemporánea. Página tras página, mes tras mes, enumera el número estimado de migrantes desaparecidos en el Mediterráneo desde 2014: más de 31.367 hasta la fecha, según cifras de la OIM.

Este cuaderno no cuenta historias —cuenta vidas. Convierte el drama humano en una secuencia de datos, donde la existencia de miles de hombres, mujeres y niños se reduce a estadísticas. Detrás de cada cifra se oculta un nombre borrado, una historia suspendida.

El mar, antes espacio de paso e intercambio, se ha convertido en una hoja de Excel de la muerte, donde la humanidad se desvanece en el cálculo.

A través de sus políticas migratorias, Europa ha transformado la distancia en un deber moral: socorrer se ha convertido en un acto de desafío.
El potencial salvador se convierte en un observador, un testigo obligado a cuantificar la catástrofe que se desarrolla.

Dentro del libro, un puño en alto emerge de un océano de números. Símbolo de unidad y resistencia, se aferra a lo que queda de una “línea de vida”: un gesto de rechazo ante la normalización de la pérdida. El libro está cubierto con un fragmento de un chaleco salvavidas del barco Grande Nigeria, registrado en Palermo. Estos chalecos usados, encontrados en los mercados senegaleses, son los mismos que compraron los migrantes antes de emprender su largo viaje. El objeto, a la vez archivo y reliquia, encarna la tensión entre la frialdad de los datos y el calor ausente de las vidas que ocultan.

En la playa, frente al océano, se erige una pantalla de mosquitera, ligera y porosa. Su textura permite que la luz, el viento y el paisaje atraviesen, haciendo que la imagen proyectada se funda con el fondo: chalecos salvavidas flotando en la superficie del mar, derivando lentamente con la corriente.

Esta instalación examina nuestra relación con el mundo y con las imágenes que lo median. Los medios de comunicación y las pantallas de nuestros teléfonos interponen constantemente un filtro entre nosotros y la realidad, embotando nuestra percepción: las tragedias se convierten en números, las muertes en estadísticas, los rostros desaparecen. Saturados de información, pero incapaces de ver verdaderamente, nos volvemos insensibles.

Muchas de estas vidas perdidas son refugiados climáticos, huyendo de tierras inhabitables por la sequía, la subida del nivel del mar o la explotación de recursos. Su deriva encarna la deriva de la humanidad misma, inconsciente de la mayor crisis que ha enfrentado.

La pantalla protege tanto como distancia: suaviza el horror, lo hace soportable, casi ordinario. Al fusionar la proyección con el paisaje, la obra nos confronta con esta anestesia colectiva e invita a un Carpe Diem lúcido: aprehender la realidad, sentir la urgencia y reconocer la fragilidad de la vida antes de que desaparezca en el flujo infinito de imágenes y notificaciones.

CARPE DIEM

2024

(P)residant - Dakar 2016
 

(P)RESIDANT – ESTO NO ES UN FÉNIX

Dakar Biennale 2016

“Debes amar a tu líder;
debes enseñar al pueblo a amar a su líder;
esta es la única cosa más importante.”

 

— General Idi Amin Dada

Este proyecto artístico constituye un comentario sobre más de 60 años de independencia en África, visto a través del prisma del poder absoluto. La serie critica los desafíos persistentes que afectan al continente, incluyendo el nepotismo, la corrupción, el clientelismo y la manipulación de constituciones para beneficio personal.

El proyecto encapsula una representación alegórica de las diversas perversiones surgidas tras la independencia, destacando la preocupante persistencia del gobierno autocrático. También pone de relieve el papel de las antiguas potencias coloniales, que continúan ejerciendo influencia en muchos países africanos, apoyando a menudo a líderes que priorizan sus propios intereses por encima de los de sus ciudada

Cada obra de la serie presenta una multitud de símbolos y objetos, colectivamente denominados “les présidents résidants”, reflejando la tendencia de estos líderes a aferrarse al poder indefinidamente. Este nombre subraya la ironía inherente de una democracia que a menudo degenera en dictadura, cuando los líderes se niegan a abandonar el poder aun cuando su tiempo ha terminado hace mucho.

La creación de “(P)residant” se inspiró en eventos recientes donde varios líderes africanos intentaron extender su mandato modificando constituciones, a veces con la aprobación tácita de sus antiguos colonizadores. Esto plantea preguntas críticas: ¿Cómo puede persistir tal comportamiento en la sociedad contemporánea? ¿Por qué todavía es posible que individuos manipulen estructuras de gobierno en su beneficio? Estas interrogantes motivaron un profundo análisis de la historia política de África desde la década de 1960, examinando el legado de figuras como Mobutu Sese Seko en Zaire, Idi Amin Dada en Uganda y otros dictadores notables. Al analizar estos personajes, el proyecto identifica cuatro arquetipos de dictadores africanos: el militar uniformado, el líder tradicional vestido con boubous, el presidente occidentalizado en traje, y el outsider que desafía la vestimenta convencional. Por ejemplo, Mobutu impuso un código de vestimenta que prohibía los trajes occidentales, promoviendo su propio uniforme, que se convirtió en símbolo de su régimen.

El proyecto incluye tronos dorados, inspirados particularmente en el Emperador Bokassa I, famoso por emular la coronación de Napoleón con un giro distintivo. En esta serie, una paloma reemplaza al fénix como símbolo de engaño, haciendo referencia a la expresión francesa para alguien fácilmente engañado. El título completo, “(P)residant / This is Not a Phoenix”, evoca la famosa obra de René Magritte, This is Not a Pipe, invitando a los espectadores a cuestionar la autenticidad de lo que ven. Aunque estos individuos puedan parecer líderes, a menudo carecen de las cualidades que definen el verdadero liderazgo.

Si bien el mensaje social de la obra no es intencionadamente explícito, emerge de las inquietudes y reflexiones personales del artista. Las imágenes funcionan como signos de interrogación visuales, invitando al público a interactuar con las complejas realidades de la gobernanza en África. Durante la reciente Bienal de Dakar, la instalación se presentó en el Antiguo Palacio de Justicia, un espacio que reforzó la resonancia temática de poder y justicia. La inclusión de fragmentos de audio de discursos de dictadores creó una experiencia inmersiva, invitando a la audiencia a reflexionar y registrar sus pensamientos en un libro de visitantes titulado “vox populi”.

El artista aspira a que esta instalación recorra el continente, reuniendo diversas perspectivas y fomentando un diálogo colectivo sobre liderazgo y rendición de cuentas. Al desconcertar a los espectadores y desafiar sus percepciones, “(P)residant / This is Not a Phoenix” busca estimular conversaciones críticas sobre la naturaleza del poder y sus implicaciones para el futuro de África.

(P)residant - Dakar 2016
(P)residant - Nairobi - 2020

PROJECT OCEANIUM

Dakar 2022

El Oceanium de Dakar es una organización senegalesa pionera dedicada a la protección de los ecosistemas marinos y costeros. Fundada en 1984 por Haïdar El Ali, ecologista senegalés de origen libanés, la institución adquirió un nuevo impulso bajo su liderazgo. Gracias a su dirección, el Oceanium se convirtió en un actor principal de la conservación marina, la educación ambiental y la gestión sostenible de los recursos naturales. Haïdar El Ali también es reconocido por sus esfuerzos de reforestación, especialmente en las manglares senegalesas, así como por su lucha contra la sobrepesca y la contaminación por plásticos.

En colaboración con miles de habitantes y con el apoyo del Livelihoods Carbon Fund, inició el mayor proyecto mundial de reforestación de manglares. Desde 2006, esta iniciativa ha plantado más de 152 millones de manglares en la región de Casamance, transformando zonas amenazadas por la deforestación en ecosistemas resilientes, capaces de resistir los efectos del cambio climático.

Al mismo tiempo, el Oceanium realiza operaciones regulares de limpieza submarina para retirar los redes fantasma —equipos de pesca abandonados o perdidos que continúan atrapando vida marina. Cada año, se recuperan toneladas de estas redes, contribuyendo a proteger la biodiversidad y salvaguardar los ecosistemas marinos.

La fotografía presentada es el resultado de una colaboración con el Oceanium, con el objetivo de sensibilizar al público sobre el flagelo de las redes abandonadas y la urgente necesidad de proteger nuestros océanos.